Los postres son consumidos desde tiempos inmemorables, su sabor dulce y empalagoso resulta muy atractivo y adictivo, queriendo siempre comer más y más.
Una forma de complementar los postres es agregando un topping del sabor preferido, puede ser chocolate, dulce de leche o algún dulce de fruta como syrup de fresa o conserva de piña. Este último resulta ser una opción no tan popular, pero perfecta para acompañar yogures y helados.
Qué es la conserva de piña
La conserva de piña es un preparado a base de esta fruta tropical, la cual se procesa con agua, se mezcla con azúcar, vinagre, entre otros ingredientes para finalmente envasarse, de esta forma podrás conservarla en la nevera mucho tiempo.
La conserva de piña es una forma de preservar esta fruta durante mucho tiempo, resaltando su sabor dulce y procesando de forma que sea más fácil y práctica consumirla.
Su sabor y textura lo han convertido en un topping perfecto para acompañar con yogurt o helado. También se suele usar en algunos panes o galletas como topping final.
Tipos de conserva de piña que puede encontrar
Existen algunas variaciones en el mercado en las que puedes encontrar la conserva de piña. La más común es en latas, donde se guardan las rodajas de piña sin cáscara ni el corazón, conservando solamente la pulpa. Como ayudante para la conservación se suele emplear agua y almíbar.
También puedes encontrar conservas procesadas listas para aplicarse sobre algún postre para darle el sabor dulce de la piña. Esta presentación es la más utilizada en la cocina por su practicidad.
Receta casera para conservar piña en almíbar
Si quieres preparar tu propia conserva de piña en casa, tan solo necesitas una piña semi verde, un litro de agua, 500 grs de azúcar y el jugo de un limón grande. Puedes agregar clavitos o una rama de canela para aromatizar.
Primero debes pelar la piña, dejando solo la pulpa, luego corta en rodajas y extrae el centro de estas. En una olla coloca el agua a hervir con el azúcar y los otros ingredientes, deja que espese un poco y tome ese color caramelo suave.
Agrega las rodajas y deja cocer por unos 5 minutos por cada lado, sin dejar que el almíbar se vuelva caramelo. Al cocer por ambos lados, retira y coloca la olla en agua fría para detener el proceso, al estar completamente fría puedes envasar en un frasco estéril y listo, tendrás tu conserva de piña hecha en casa.
¿Cómo evolucionaron los métodos de conservación de alimentos?
Desde tiempos inmemorables, siempre ha sido una necesidad el poder conservar los alimentos por un largo periodo de tiempo, en especial en regiones donde suele escasear por temporadas. Desde la época de los egipcios se implementaron métodos como salar y ahumar las carnes.
Posteriormente se comenzaron a utilizar algunos métodos tomando como base la miel, el azúcar, vinagre, grasa o aceite para mantener los alimentos en buen estado por mucho tiempo. Pero no fue hasta el siglo XVII cuando se implementó un método reconocido.
Nicolas Appert descubrió que, al guardar los alimentos en un envase de vidrio, sellado con tapones de corcho, alambre y cera, para luego colocarse a hervir, permitía que estos alimentos se conservaran un largo periodo de tiempo.
Unos años después surgió la idea de Philippe de Girand de utilizar recipientes de hojalata. Pero fue Bryan Donkin quien fundó la primera fábrica de latas de conserva. Unos años después Louis Pasteur dio paso a una nueva época con el proceso de pasteurización, bautizado así en su nombre.
Este proceso consistía en aplicar tratamiento térmico a alimentos como la leche, que hervida a temperaturas cercanas a los 100 ° C esta se conservaba durante más tiempo, pasando así a ser comercializada a nivel industrial.
Ya en 1920 un inventor llamado Bigelow propuso una forma de calcular la eficiencia del tratamiento térmico en algunos alimentos como método de esterilización.
Este avance permitió saber con mayor exactitud cuanto tiempo y a que temperatura deben ser sometidas los productos envasados para garantizar su conservación.
A partir de mitad del siglo XX se comenzaron a utilizar aditamentos para conservar los alimentos. Estos no aportan valor nutricional al producto, pero si incidían considerablemente en la conservación de los mismos.